Domingo, 26 de junio de 2022. Plaza de toros de Castellón. Un tercio de entrada en tarde veraniega. Toros de Miura y El Pilar (1 bis), con mucho cuajo, variados de pelaje, pero de juego muy deficiente.  Rafaelillo (rosa y oro), saludos y saludos. Paco Ramos (nazareno y azabache), saludos y división al saludar. Román (azul pavo y oro), silencio y silencio tras aviso. Entre las cuadrillas saludaron tras banderillear al segundo David Esteve y Alberto Carrero. Santiago Morales picó con acierto al tercero. Presidió Antonio Aguilar. Pesos de los toros por orden de lidia: 549,507 (primero bis), 567, 533,619, 547 y 589 kilos

Enrique Amat, Castellón

Concluyó esta edición de la feria de San Joan y San Pere de Castellón. Un ciclo que ha tenido un satisfactorio balance artístico, aunque la asistencia de público no haya sido la que todos hubiéramos esperado.

El cierre del serial lo protagonizaba la lidia de los toros de Miura, todo un aliciente para los aficionados. Sobre todo, qdespués del gran resultado que dió esta corrida el año pasado.

En esta ocasión, los astados de Zahariche, sobrados  de cuajo y romana, dieron un juego más que deficiente. Se quedaron en pura fachada. Abrió plaza Bolillero, cárdeno claro, largo y silleto, que se derrumbó tras un puyazo trasero y fue devuelto. El sobrero de El Pilar, Sombreto de nombre y colorado ojo de perdiz, fue protestado de salida. Escobillado de pitones, le pegaron un puyazo trasero. Luego embistió a la muleta con son y templanza, humillando y repitiendo, aunque acabó yendo a menos.

El segundo, de nombre Palmiteño, negro mulato, cariavacado, feo de hechuras y muy abanto de salida, también fue mal picado. Le costó mucho humillar y cortó por el pitón izquierdo. No se empleó y resultó complicado e incierto. El tercero, Boñolero, negro bragado, alto y feo de hechuras. Tomó dos puyazos arrancándose de largo, y luego tuvo nobleza, aunque muy pocas fuerzas y se derrumbó en la arena, claudicante y sin fondo.

Lamparillo, cárdeno claro, saltó al ruedo en cuarto lugar. Fue un ejemplar con mucha romana y volumen, que no se empleó de salida. Y luego, ayuno de casta y de poder, se derrumbó varias ocasiones en la arena, dando una imagen lamentable. Pura fachada. Carne de matadero.

El quinto fue Almejito, cárdeno oscuro. Aparatosamente escobillado del pitón  izquierdo, abanto y huido de salida, y echando las manos por delante en el capote. Se defendió, echó la cara arriba, violento, rebrincado y pegando gañafones. Un regalo. Y el cierra plaza, Limosnero y cárdeno entrepelado, correteó por el ruedo de salida. Salió huido y despavorido de su primer encuentro con las plazas montadas. También salió de najas del segundo y. aunque su matador se empeñó en lucirle, aquello no tenía bravura. Luego embistió a oleadas y con la cara por las nubes, sin emplearse y quedándose cada vez más corto y sin descolgar.

Encabezaba la terna Rafaelillo, quien saludó con una larga cambiada al primero, al que luego lanceó con oficio. En el sobrero firmó un aplaudido quite por chicuelinas y luego le muleteó con mucha templanza y limpieza, acompasado y pisándole los terrenos que el astado requería. Profesional y sobrado de recursos, cumplió. Mató de una estocada desprendida.

Y recibió con dos largas de rodillas en el tercio al cuarto, un mulo con el que no pudo hacer sino intentarlo con voluntad y despacharlo con brevedad.

El castellonense Paco Ramos plantó cara con disposición y buenas formas al segundo, un toro que no dió facilidades y frente al que estuvo compuesto y cumplidor. 

Y no pudo sino tratar de ponerse delante con el complicadísimo quinto, frente al que lo intentó con brevedad y lo despachó de una estocada corta a paso de banderillas y  una docena de descabellos.

Y cerraba el terceto el valenciano Román. El rubio coletudo liceísta de Benimaclet se empeñó en lucir con generosidad en el caballo a su primero, que luego no le permitió ningún tipo de lucimiento debido a su escasísimo poder. Mató de un pinchazo convexo.

Se empeñó de nuevo en lucir al sexto en el tercio de varas, con una torpe y obstinada determinación. Lo intentó con voluntad, pero sin conseguir someter al toro que tampoco se dejó. Y manejó con desacierto las armas toricidas.

Cronica de E. Amat

Fotografias de Mateo de Tauroimagenplus.com