Sábado, 19 de marzo de 2022. Plaza de toros de Valencia. Media entrada en mañana lluviosa. Toros de Los Espartales, con mucha romana, lustre y cuajo y en general manejables. Destacaron por su juego tercero, cuarto y quinto. Rui Fernández, palmas y silencio tras aviso. Diego Ventura, saludos y saludos. Lea Vicens, saludos y vuelta por su cuenta. Presidió Luis Maicas. Pesos de los toros por orden de lidia: 570, 584, 582, 635, 620 y 625 kilos
Enrique Amat, Valencia
A pesar de que siguió el frío, el viento y la lluvia, se pudo celebrar el sexto festejo del abono, el espectáculo de rejones.
Los astados de Los Esparales fueron los elegidos para este espectáculo ecuestre. Y dieron buen juego, salvo los dos primeros. El primero, lustroso y apretado de carnes, galopó con celo de salida, si bien tras el primer rejón de castigo se rajó. Buscó el abrigo de tablas y se aplomó. Tampoco exhibió mucho celo el segundo, que solo recibió un rejón de castigo. Luego se dejó, pero sin galopar ni perseguir las cabalgaduras.
Excelente por su juego el tercero, que tuvo fijeza, tranco y estuvo siempre pendiente de los caballos, persiguiendo con celo y fijeza. El cuarto, de más de 600 kilos, también galopó incansable tras las cabalgaduras y sirvió. Asimismo sobrepasaba los 600 kilos el quinto, que saltó de salida al callejón. Luego, a pesar de su volumen, también dió un excelente juego para el rejoneador. Y el también voluminoso ejemplar que cerró plaza, algo más apagado, se dejó.
Encabezaba el terceto Rui Fernández, quien galopó de salida y templó a su oponente. Tras un par de castigo en lo alto, tuvo que exponer y dejar llegar mucho pisando terrenos de compromiso ante el nulo juego de su oponente. Clavó dos farpas arriba y otras dos rosas antes del rejón de muerte. Y anduvo entusiasta ante el cuarto, que le tropezó en demasía las cabalgaduras. Tampoco estuvo acertado con los rejones de muerte.
Diego Ventura lució al clavar siempre al quiebro en el platillo, dejando llegar, citando con los pechos y exponiendo mucho. Abrochó con tres cortas al violín. Falló con el rejón de muerte y remató de dos descabellos píe a tierra.
Ante el quinto sobresalió cabalgando a dos pistas, llevándo muy cosido a la grupa del caballo a su oponente. Su labor, entregada y comunicativa, estuvo presidida por el ajuste, y el clavar siempre reunido y arriba. Luego descabelló al cuarto intento después de fallar con los rejones de muerte.
Lea Vicens colocó muchos palos, en una labor errática, muy desigual, en la que se le cayeron los hierros hasta en tres ocasiones. Algún par tuvo mérito, pero su trabajo, en conjunto comunicativa eso sí, fue desajustada y despegada. Luego falló con los rejones de muerte y descabelló pie a tierra.
Y también anduvo voluntariosa y comunicativa con el que cerró plaza, en el que sobresalió en su cabalgar a dos pistas, en los quiebros y requiebros, aunque volvió a mostrarse algo falta de reunion al clavar. Abrochó con dos cortas arriba, pero mató de una puñalada infamante y otro rejonazo amén de un descabello. Exhibió, eso si, una excelente cuadra de caballos y una no menos excelente monta.
Cronica de E. Amat
Fotografias Mateo de Tauroimagenplus




