Tres meses después de la alternativa en Alicante de José María Manzanares, otro notable torero tomó su alternativa. El 24 de agosto de 1971, en la sagrada Maestranza de Sevilla y en una ceremonia nunca antes vista en el mundo taurino, Antonio Bienvenida y Rafael Torres promovieron a Ricardo Paolo Chibanga a matador de toros. 

Ricardo Chibanga fue el primer torero africano en ser reconocido de esta manera. Nació en 1942 en Lourenço Márques (hoy Maputo), capital de Mozambique y entonces una colonia gobernada por Portugal. Desde muy joven visitaba regularmente la plaza de toros local, distribuía folletos de las próximas corridas de toros y guiaba a los turistas hacia los toros. A menudo se le veía jugando toros en la calle, imitando a las grandes figuras portuguesas de la época. El joven Ricardo quería ser torero. 

Chibanga llegó a Portugal a los 18 años y entró en la escuela taurina de Golegã. Pronto fue contratado para aparecer en «festejos taurinos a la portuguesa» en la colonia portuguesa de Macao en el Lejano Oriente y en la capital de Indonesia, Yakarta. En 1968 participó en 35 novilladas en plazas de toros de España, Francia y Portugal. Dos años después, el número había aumentado a 63. Al final de esa temporada, el nombre de Chibanga (a veces anunciado como El Africano o ‘el diestro negrito’) se ubicaba con orgullo entre los de José Luis Galloso y Antonio José Galán en el escalofón anual. Todos querían ver a esta novedad taurina de África y en los meses previos a tomar la alternativa apareció en 17 novilladas. Siguiendo la sugerencia de su apoderado, se trasladó a Sevilla en 1971 y en agosto de ese año se cortó la primera oreja como matador de alternativa. 

El matador africano (también un ágil banderillero) fue la sensación del mundo taurino con un gran número de seguidores en todas las grandes plazas de toros. Regresó a Lisboa para debutar en la Praça do Campo Pequeno ante un público portugués y actuó en 9 corridas en España. Las siguientes temporadas el número aumentó a 15. 

En una corrida del 14 de abril de 1974 con toros decepcionantes del Charco Blanco, confirmó su alternativa cuando el padrino Sánchez Bejarano, secundado por el testigo Marcial Lalanda, le ofreció la espada ceremonial y le dio la bienvenida oficial a Madrid. Ese año toreó 19 veces y fue galardonado con 22 orejas y un rabo. Al final de la temporada sufrió una fuerte cornada en Barcelona que lo mantuvo fuera de acción durante muchas semanas (en su carrera se lesionó gravemente en ocho ocasiones). Después de recuperarse, Chibanga regresó a Macao para participar en un festival taurino al estilo portugués que anunció 10 corridas. Actuó en los diez. Al final de esa temporada se retiró de la plaza de toros. 

Ricardo Chibanga nunca abandonó el mundo taurino, pero se convirtió en apoderado de toreros jóvenes y propietario de dos plazas portátiles para dar la oportunidad a sus alumnos en pueblos sin plaza de toros. Más tarde, Morante de la Puebla se convirtió en un gran admirador de este notable torero y encargó un busto para ser erigido en Golegã, su pueblo favorito portugués. Ricardo Paolo Chibanga, matador de Mozambique murió en abril de 2021. Cuatro meses después, Morante develó el monumento y al hacerlo se aseguró de que la extraordinaria vida del primer –y único– matador africano nunca fuera olvidada.

Cronica de Pieter HIldering

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