Miércoles, 27 de septiembre. Plaza de toros de Algemesí. Sexta de feria. Lleno en tarde muy calurosa. Novillos de Cebada Gago, bien aunque algo desigualmente presentados, sin exageraciones, variados de pelaje y de juego desigual. Los mejores el primer y el cuarto. Jorge Molina, (purisima y oro), silencio tras aviso y silencio tras aviso. Sergio Rodríguez, (lila y oro), silencio tras aviso y vuelta tras petición y aviso. Actuó como sobresaliente El Pijorro (morado y blanco). Entre las cuadrillas se lució en la brega del segundo Juan Carlos Rey. Presidió Alberto Fernández, presidente de la Comisión Taurina.
Enrique Amat, Algemesí
Tras los triunfos de los toreros de Algemesi, en los festejos de domingo lunes y martes, se anunciaba otro de los platos toristas de la feria. La ganadería de Cebada Gago, todo un clásico en la feria de Algemesi, y que el año pasado lidió un excelente encierro. No se lo perdieron los aficionados Toni Muñoz y Vicente Roig.
Los novillos de Cebada, bien aunque desigualmente presentados, dieron un juego desigual. Sin exagerada presencia el burraco primero, Martinete de nombre, que dio un excelente juego. No se empleó en varas, tuvo el defecto de escarbar pero luego metió la cara en la muleta con alegría, prontitud, nobleza, repitiendo las embestidas y humillando una enormidad. Al también terciado y negro segundo le costó un poquito más meter la cara. Se dolió un banderillas, y escarbó, pero luego fue vino aunque por momentos prodigando arreones y pensándoselo. Más cuajado, delantero de cuerna y serio el tercero, que esperó, se lo pensó y tuvo mucho que torear. Y muy serio y astifino el cuajado cuarto. Muy.enencastado, en el límite entre la bravura y el genio, repitió las embestidas, pero exigió firmeza de manos y actitud.
Jorge Molina, novillero toledano que iba perfectamente vestido de torero, se mostró como un espada enterado y con oficio. Tiene sentido de la ligazón y del temple, aunque le falta algo de pasión en su quehacer. Puesto aunque muy frío, el novillo mereció más. Y luego falló con los aceros.
Y no acabo de ponerse delante ante el tercero, un animal más complicado frente al que pasó las de Caín, escaso de convencimiento y ante el que dio alguna que otra giñá. Se le vio pasarlo francamente mal frente al novillo.
Sergio Rodríguez, de Las Navas del Marqués, anduvo muy asentado y firme toda la tarde. Abrió su faena, de forma genuflexa frente al primero , y luego firmó un trabajo de asentamiento de plantas, firmeza y valor. Al final se pasó de faena y manejó con deficiencia las armas toricidas.
Y también planto cara,con actitud, disposición, valor y firmeza al cuarto, un serio ejemplar, que siempre le pidió el carnet de profesional y que tuvo casta, pero también aspereza y genio y ante el que tuvo la virtud de dejarle la muleta puesta, bajarle la mano, someterle y poderle. Falló con el verduguillo.
Cronica de Enrique Amat
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