Sábado 23 de septiembre. Plaza de toros de Algemesí. Primera de feria. Lleno en tarde soleada y calurosa. Novillos de Dolores Aguirre bien presentados y en general complicados y exigentes y faltos de entrega. Diego Peseiro (verde y oro), silencio tras aviso y oreja. Germán Vidal El Melli (celeste y oro), oreja y silencio. Actuó como sobresaliente El Pijorro (nazareno y plata), quien quedó inédito. Entre las cuadrillas sobresalió la lidia de David Esteve. Presidió el alcalde de la localidad José Javier Sanchis Bretones.
Enrique Amat, Algemesí
Cuando como es tradicional, las campanas de la basílica de la iglesia de San Jaime tocaron las 5:30 de la tarde, comenzó una nueva edición de la tradicional semana de bous de Algemesi. Una de las ferias más importantes de novilladas, no solo del panorama nacional sino internacional.
Un total de diez festejos, a plaza llena, con amplia presencia de jóvenes en los tendidos del singular palenque algemesinense, merecen el aplauso, el respeto y la admiración de todos los aficionados. Si no existiera esta feria, había que inventarla.
Qué maravilla supone en estas tardes el mes de septiembre estar en Algemesi. Pasear por sus calles y sus plazas, llenas de gente, de colorido y de alegría.
Y luego en la plaza, tener la oportunidad de ver cómo se lidian encierros de buena nota, actúan algunos de los novilleros más prometedores del escalafón. Y luego gozar de la oportunidad de presenciar las evoluciones de los alumnos de las escuelas de tauromaquia de Valencia.
Y lo que es más importante, que cada vez están saliendo más toreros en esta ciudad ribereña. La siembra da lugar a que salgan frutos como se está demostrando en esta localidad de Algemesi.
Se estrenó el otoño y se estrenó la semana taurina de Algemesi. Este año, con un ambiente más intenso que en otras ediciones, ya que en los carteles proliferan toreros nacidos en esta ciudad. La presencia de Nek Rome en dos novillada y el anuncio en los festejos de promoción de Juan Alberto Torrijos y Álvaro Cerezo, y otros alumnos nacidos en esta ciudad.
El tiempo acompañó, y los aficionados pudieron pasear por las calles, ver el ambiente y el colorido, visitar el parque Salvador Castell, cuartel general de todas las peñas. Y luego poder pasarse por locales tradicionales para tomar un cremaet y un rocafull. Y saludar a amigos, conocidos y aficionados.
Luego, como aperitivo de la feria, se anunciaba la lidia de una ganadería de marcado carácter torista. Los novillos de Dolores Aguirre, que lucieron sobrada presencia, aunque sus hechuras fueron desiguales.
Bien presentado y sobrado de cuajo el que abrió plaza, que salió un distraído y suelto de chiqueros y recibió un fuerte castigo en varas. Se desplazó en banderillas, pero luego se aplomó y se defendió en la muleta más de la cuenta.
Muy feo de hechuras el abierto de cuerna y cuajado segundo, al que se le pegó menos en el caballo y que luego tuvo un más que aprovechable pitón derecho, aunque por el izquierdo no admitía ni un muletazo. Un exageradídimo volumen tenía el colorado ojo de perdiz tercero, manso y distraído que renegó y no se dejó pegar en varas. Luego tomó los engaños con tanto celo como temperamento y brusquedad. Repitió las embestidas por el pitón derecho, aunque exigiendo mucho y sin acabar de emplearse y cabeceando en exceso. Y brusco y con muy poca clase el cuarto, que se defendió más de la cuenta y embistió a arreones y pensándoselo.
A Diego Peseiro le cupo el honor de matar el primer novillo de la feria. El coletudo portugués se mostró como un torero enterado y con oficio, aunque escaso de relieve. Saludó a su oponente con una larga en el tercio. Banderilleó con espectacularidad y clavando siempre reunido y arriba. Luego se perdió en un trasteo de largo metraje, pero de escaso mensaje en una larga faena que coronó con un mal remate con las armas torcidas.
Lanceó rodilla en tierra al tercero. Con este novillo, su labor, que brindó al matador de toros de Requena Jesus Duque, tuvo mérito, solvencia, arrestos, buenas formas y en ella acabó por poder a un novillo muy complicado. Faena profesional, de sincera entrega y de mucho mérito. Mató de una estocada de defectos contundentes.
Germán Vidal El Melli firmó un trabajo, que brindó al novillero local Nek Romero, de afanes, comunicación con el público y siempre pendiente de los tendidos. No tuvo opciones por el pitón izquierdo, aunque por el derecho prodigó muletazos con sentido de la ligazón, en una labor de rústica firma en el que predominaron los desplantes y adornos. Mató de una estocada de efectos contundentes.
Y por ahí anduvo ante el cuarto, en otra faena en la que bulló mucho y toreó muy poco. Trapazo por aquí, trapazo por allá, desplantes sin cesar, miradas al público, pero escaso sometimiento. Mató, eso sí, de otra estocada de fulminantes efectos.
Actuó como sobresaliente El Pijorro, quien no se hizo presente en el ruedo.
Cronica de Enrique Amat
Fotografias de Mateo de Tauroimagenplus.com




