Domingo, 17 de julio de 2022. Plaza de toros de Valencia. Un tercio de entrada en tarde calurosa. Novillos de Montealto, bien presentados y de excelente juego. Isaac Fonseca (verde y oro), vuelta tras aviso y oreja tras aviso. Niño de las Monjas (coral y oro), saludos tras aviso y vuelta tras aviso. Alvaro Alarcón (cereza y oro), palmas tras aviso y palmas tras dos avisos. Entre las cuadrillas lució la brega de Ivan Garcia. Gomez Escorial saludó tras banderillear al tercero, Iván García hizo lo propio en el cuarto y Andrés Revuelta en el sexto. Presidió con rigor Jesús Merenciano. Pesos de los novillos por orden de lidia: 471, 417, 463 (2 bis), 443, 439, 426 y 532 kilos.
Enrique Amat, Valencia
Con la celebración de la novillada con picadores programada dentro del abono, concluyó esta edición de la feria de julio de Valencia. Un ciclo de corto metraje, celebrado en unas fechas anteriores a lo que suele ser habitual, y que no ha terminado de concitar el interés de los aficionados.
Al menos, los aforos que ha registrado el coso valenciano no han sido lo que se esperaba. Entre la crisis, el calor, la falta de hábito de acudir a las plazas tras la pandemia, y a lo mejor no haber dado con la tecla en algunos de los carteles, ha llevado a que el tema de la asistencia de público haya resultado decepcionante. Eso sí, luego en la plaza se vieron cosas de interés.
En la novillada que ponía fin al abono se acartelaban dos de los toreros triunfadores en la plaza de toros de Madrid, como Isaac Fonseca y Álvaro Alarcon. El primero de ellos, a base de arrimarse, ha actuado y triunfado en plazas como las de Valencia, Sevilla, Madrid y Pamplona y tomará la alternativa dios mediante el próximo 12 de agosto. Alarcón también está anunciado para dar el salto al escalafón superior. Y el Niño de las Monjas trataba de revalidar su éxito fallero para abrirse un crédito su carrera.
Los utreros, del hierro de El Montecillo, bien presentados, serios por delante, tuvieron movilidad y no dejaron de embestir. Un gran conjunto
Algo bizco el cuajado ejemplar que abrió plaza, que se dejó pegar en varas y tuvo tranco en banderillas. Siempre quiso, pero blandeó en exceso. Embistió con son por el pitón derecho, pero por el izquierdo le costó mucho, soltó la cara y derrotó. Y se acabó rajando. Más escurrido, vareado y delanterito de cuerna el segundo, que empezó a ser protestado por un par de espectadores jóvenes, muy encorbatado él y muy anaranjada ella. Y acabaron por conseguir devolverlo. El sobrero, más cuajado, abierto de cuerna y veleto, tuvo son de salida. Y en el tercio final repitió las embestidas, siempre fijo en los engaños, metiendo la cara y humillando. No dejó de tener fijeza y prontitud a la hora de acudir a la cites
El colorado y bociblanco tercero, bien presentado, fue mal picado, tuvo tranco en banderillas y luego sirvió su matador, ya que obedeció y estuvo siempre pendiente de la muleta. Por el pitón izquierdo le costó un poco más. El también colorado cuarto, delantero de cuerna y astifino, aceptó el castigo en el caballo y apretó en banderillas. En el tercio final fue y vino, soempre hacia adelante, aunque sin acabar de definirse..
Colorado asimismo, ojo de perdiz y bociblanco el quinto, que tuvo las virtudes de su incansable movilidad, su fijeza y el repetir las embestidas. Y el sexto se dejó pegar en el caballo. Con cuajo de toro, duró tres series. Luego, cuando se prolongó el trasteo, ya acabó por desentenderse y se puso a la defensiva
Isaac Fonseca saludó con una larga cambiada en el tercio al que abrió plaza, al que también abrió la faena en la boca de riego con pases cambiados con las dos rodillas en tierra. Tuvieron impronta las dos series primeras con la mano derecha, aunque con la izquierda no hubo comunión entre toro y torero. Luego aplicó la receta del toreo de cercanías y, a base de exponer, calentó el ambiente. Mato de una estocada de la que salió prendido. Y un golpe de verduguillo.
Y comenzó su faena al cuarto muleteando al natural de rodillas en el platillo. Luego, su trasteo, voluntarioso y entonado, no terminó de coger vuelo. Disposición y actitud, eso sí, hubo a raudales. Se arrimó y pisó terrenos de gran compromiso. Más entrega que lucidez Mató de un pinchazo y una estocada de la que salió volteado.
Niño de las Monjas volvió a estar acompañado por las monjas de la orden Madre de los Desamparados. Se fue a la puerta de chiqueros a recibir a puerta gayola a su oponente. Fue devuelto y tuvo el gesto de volverse a ir a la puerta de chiqueros en el sobrero, al que luego lanceó con vibración. Brindó su faena al Soro. Muy dispuesto y espoleado, firmó una trasteo en elque por momentos toreó con hondura, largo trazo, muleta baja y despaciosidad por los dos pitones. La faena tuvo un punto de inflexión, pero luego dos desarmes deslucieron la obra, que además estuvo mal rematada con los aceros.
Y volvió a firmar una faena entregada y afanosa en el quinto, en la que por momentos consiguió llevar muy toreado a su antagonista. Faena abundante pero también algo desigual.Emotivo resultó el epílogo genuflexo. Sincero esfuerzo e innegable entrega. Actitud. Pero no hubo acierto con las armas toricidas.
Alvaro Alarcón, asentado y firme, muleteó con apostura, templanza, sentido de la colocación y temple al tercero. Supo ligar los muletazos con cadencia, y tuvieron torería sus pases de pecho sacándose al toro por delante. Luego aquello entró en un bucle de monotonía, y acabó siendo muy reiterativo. Abrochó al uso de Roca Rey, que es lo que se ha puesto ahora de moda y luego mató de una estocada subcutánea y otra entera.
Firmó un extraordinario saludo con el capote al cierra plaza. Toreó a la verónica con templanza, cadencia, mano baja y durmiendo las embestidas. Lo mejor de largo de la tarde Y remató con otra media que duró una eternidad.
Luego, con la muleta, también brillo por la ortodoxia, por su colocación, por su forma de citar y de embarcar en los vuelos de la muleta al novillo. Un trasteo de clasicismo e intensidad, que luego fue a menos, porque como sucedió en el tercero, se empeñó en prolongarlo en demasía, se pasó de faena, aquello se embarulló y se aburrió el novillo. Y mató a la última.
Cronica de E. Amat
Fotografias de Mateo de Tauroimagenplus.com










