TRIUNFO Y COGIDA DE OCTAVIO CHACÓN
Domingo, 10 de marzo de 2019. Plaza de toros de Valencia. Más de dos tercios de entrada en tarde soleada y de agradable temperatura. Toros de Victorino Martín, bien presentados aunque con desiguales hechuras, serios y de juego variado y con diversos matices. Rafaelillo (turquesa y oro), saludos tras aviso y saludos. Octavio Chacón (blanco y oro), oreja y ovación. Varea (caña y oro) saludos tras aviso y silencio tras aviso.
Una corrida que lució espectaculares pelajes, aunque desiguales hechuras. Sus tres matadores intentaron lucirla en el caballo, ante el que se comportaron de forma algo desigual, si bien todos ellos aceptaron fuertes castigos.
Aplaudido de salida el espectacular cárdeno que abrió plaza. Un ejemplar que se dejó pegar en el caballo en dos varas a las que acudió con alegría y prontitud. Tendió a quedarse debajo de las telas y a rebañar en los dos primeros tercios. Con todo, luego llegó el tercio final embistiendo con nobleza, obediencia, cadencia y templanza, sobre todo por el pitón izquierdo. Con el derecho se lo pensó más y su defecto es que duró muy poco. El cárdeno segundo, muy vareado y escurrido de carnes, fue protestado de salida. También le dejaron de largo en el caballo, donde tomó dos puyazos sin excesivo celo. Esperó en banderilleas no dejó de pensárselo en el tercio final. Esperó, rebañó, se quedaba debajo de las telas y tuvo muchas dificultades.
Dos puyazos muy traseros recibió el tercero, que se dejó pegar sin más. Esperó en banderillas y luego, sin estar sobrado de clase, fue y vino y al menos se dejó. También fue muy aplaudido de salida el cárdeno claro cuarto, que se dejó pegar en el caballo aunque sin empujar ni meter los riñones. Duró y exigente, esperó, se lo pensó, no dejó de amagar y no se entregó en ningún momento y, en cuanto podía, se iba al pecho del matador.
Pastueño y bonancible el quinto, que tuvo buen son por el pitón derecho y dio facilidades a su matador. Fue aplaudido en el arrastre. Asimismo fue ovacionado de salida por su pelaje el sexto, otro ejemplar vareado que se tapaba por la cara. Veleto, casi cornipaso, le pegaron con fuerza en varas y a la muleta llego con nobleza pero muy escaso de fuerzas.

Tuvo el gesto de salir a matar a su segundo, lidiado en sexto lugar. Lo brindó al público y lo muleteó con oficio, pulso, suavidad y colocación, en un trabajo entonado y suficiente.
La lesión de Fortes ofreció la oportunidad al castellonense Varea de coger una sustitución que podía ser clave para el devenir de su carrera. Frente al tercero firmó una labor expresiva y compuesta, con muletazos de excelente corte sobre todo con la mano izquierda. Hubo más expresión que reunión en una faena vistosa y cumplidora.
Y también anduvo compuesto ante el quinto, ante el que manejó con lucimiento el capote. Luego firmó muletazos de buena factura en una labor que tampoco logró coger vuelo, a la que le faltó algo de fibra y continuidad. Y manejó con desacierto las armas toricidas.
Cronica de Enrique Amat
Fotografia de Mateo.Tauroimagenplus