Sábado 1 de octubre de 2022. Plaza de toros de Algemesi. Octava de feria. Lleno total en tarde de sol. Novillos de Victoriano del Río, muy bien presentados y de buen juego en general. Manuel Caballero (tabaco y oro), oreja y vuelta. Nek Romero (negro y oro), dos orejas y oreja. Actuó como sobresaliente Sergio Salas El Pijorro (malva y plata). Presidió Emili Gregori.
Enrique Amat, Algemesí
Era el festejo de la feria. El que más expectación había levantado cuando se anunciaron los carteles. El debut con picadores de un torero de la tierra, como Nek Romero, después de una importante campaña protagonizada en la escuela de tauromaquia de Valencia, era el gran aliciente de la tarde. Este año ha pisado plazas importantes como Bilbao, Sevilla, Puerto de Santa María, Albacete, Alicante, Valencia y es toda una esperanza para el toreo Algemesí y en Valencia.
Ayer daba el salto al escalafón superior. Y como es habitual, la escuela de tauromaquia le entregó una placa en reconocimiento al final de su trayectoria en la misma.
Algemesi era todo un hervidero. Fin de semana, la ciudad llena de visitantes y de lugareños. Sol, calor, excelente temperatura, gran ambiente y la ciudad llena desde por la mañana. Peñas y restaurantes con el papel acabado. Y por la tarde, los alrededores del palenque eran un torbellino de ilusión y de pasión. Y hasta la climatología quiso acompañar. Una tarde con el sol brillando. El cielo celeste y azul intenso, sin una mácula de nubes. El viento en calma. Y para ver la novillada se vino el matador de toros Gregorio Tebar el Inclusero y su hermano José, a presenciar el debut de Nek. Gregorio, un torero que en la década de los 60 lo tuvo en la mano. Y que luego se convirtió en un torero de Madrid. La gente, la vida, esa cadena monótona y sin sentido a veces tuerce las cosas. Pero su trayectoria estuvo firmada por la torería, la honestidad, la sinceridad, la valentía, y el mirar siempre de frente y con gallardía
Los novillos de Victoriano del Río,
muy bien presentados, dieron un juego más que notable. Con cuajo el primero, que derribó en varas. Luego fue y vino por ahí, sin excesivo celo, pero sirviendo.
No fue fácil el cuajado segundo, que aunque tuvo fijeza, embistió con cierta violencia y soltando la cara, y siempre exigió el carnet profesional a su matador. Un toro con plaza fue el tercero, cuajado y lustroso, que no se empleó en el caballo. En la muleta se desplazó, con nobleza pero diciendo muy poco.
Y también fue un toro, lustroso y bien armado el que cerró plaza. Un notable ejemplar, con fijeza y calidad, siempre pendiente del torero y que embistió con prontitud y metiendo la cara con derechura.Un gran novillo.
Manuel Caballero alumno que fue de la escuela de tauromaquia, de Albacete, e hijo del insigne matador del mismo nombre, a pesar de lo poco toreado que está, anduvo por la plaza con una gran firmeza y seguridad. Firmó un trabajo bien construido y templado al primero, de torero puesto y que remató de una buena estocada.
Y volvió mostrar una solvencia, un sitio, un oficio y una templanza, impropios de quién está dando los primeros pasos en esta profesión ante el tercero, que brindó al gran aficionado de Algemesí Vicente Roig. Su labor, entonada y suficiente, reveló un torero a tener en cuenta.
El torero de Algemesí
Nek Romero plantó cara con arrestos y disposición a su no fácil primero, en un trasteo en el que se puso muy cerca de los pitones, e intentó y consiguió hacer las cosas bien. A pesar de su bisoñez, plantó cara a las complicaciones de su antagonista, al que mató con acierto.
Saludó con una larga el cuarto, al que después banderilleó con espectacularidad y acierto. Y luego muleteó con asentamiento, firmeza, llevando al novillo muy cosido en los vuelos de la muleta, en un trabajo de excelente fondo, bien rematado con los aceros. Se abrió un crédito.
Cronica de E. Amat
Fotografias de Mateo de Tauroimagenplus.com
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