Viernes día 15 de julio de 2022. Plaza de toros de Valencia. Aceptable entrada en noche calurosa. Erales de  Monte La Ermita, bien presentados y de excelente juego. Al cuarto y al sexto se les premió con la vuelta al ruedo. El Mene de la escuela taurina de Salamanca, oreja. Tristan Barroso, de la escuela taurina de Badajoz, saludos. Daniel Delgado, de la escuela taurina de Úbeda, oreja. Marco Polope de la escuela taurina de Valencia, dos orejas. Borja Navarro de la escuela taurina de Valencia, dos orejas. Pablo Vedri de la escuela taurina de Castellón, dos orejas. Entre las cuadrillas lucieron Nek Romero y Bruno Gimeno en banderillas, y en la lidia lo hicieron a Alberto Donaire y Juan Alberto Torrijos. Presidió Jose Luis Cuerda asesorado por Ximo Morales.

Enrique Amat, Valencia

Bajo el lema «Valencia busca un torero» se celebró la primera de las dos clases prácticas anunciadas en el serial con participación de los alumnos de las escuelas taurinas. Una magnífica iniciativa la de seguir promocionando la fiesta entre los más jóvenes. Los que torean, y los que asisten a la plaza. Se volvió a recuperar también la tradición de los horarios nocturnos, que han gozado siempre de amplio predicamento en Valencia.

Para la ocasión se lidiaron erales de la ganadería  madrileña de la Monte La Ermita, que estuvieron muy bien presentados y dieron un excelente juego.

El castaño primero siempre quiso, metió la cara y repitió sus embestidas, aunque le faltó un punto más de fuerza. El también castaño segundo tuvo la virtud de la raza, una encastada transmisión e incansable movilidad. El tercero también dió un juego más que notable, siempre persiguiendo los engaños con celo y ahínco y quedándose colocado para el siguiente muletazo.

El colorado, ojo de perdiz y bociblanco cuarto también embistió con ahínco y repitió sus embestidas con fijeza y excelente son. El asimismo colorado quinto siguió la tónica de sus hermanos en cuanto a su excelente comportamiento. Repetidor, noble y encastado. Y más cuajo tuvo el cierra plaza, muy abanto de salida, que tomó las telas más atemperado, y costándole un poquito más repetir, pero con gran fondo.

El Mene de la escuela taurina de Salamanca, torero espigado, puso de manifiesto conocer la profesión. Supo colocarse bien, y sometió con templanza y compostura a su antagonista en un trabajo de suficiencia y de espada puesto, aunque algo frío.

Tristan Barroso, de la escuela taurina de Badajoz, muleteó con hondura, templanza y acompasándose a la perfección a las encastadas embestidas de su oponente. Falló con los aceros.

Daniel Delgado, de la escuela taurina de Úbeda, se mostró con un torero más nuevo. No se terminó de aclarar con el capote, si bien con la muleta aprovechó las excelentes condiciones del astado que lo cupo en suerte para firmar una faena de largo metraje, ligada y bien resuelta.

Marco Polope, de la escuela taurina de Valencia, hizo gala de apostura, personalidad y un toque muy personal. Tiene sello, y una firma rutilante en su torear. Sentida expresión y sobrado gusto. Realizó lo más torero de la noche.

Borja Navarro, de la escuela taurina de Valencia, lució por su toreo compacto, de ligazón y fondo. Firmó series de siete y ocho muletazos aprovechando las embestidas de su oponente. Buen concepto y buen aire. Mató de un pinchazo y una estocada de efectos contundentes.

Pablo Vedri, de la escuela taurina de Castellón, firmó una excelente media en un quite al sexto. Luego plantó cara al cuajo de su oponente, en una labor voluntariosa y afanosa, en la que por momentos corrió la mano con templanza y firmó muletazos de mérito. Mató de media lagartijera.

Fotos: Litugo