El toledano corta tres orejas a dos toros de Juan Pedro Domecq en su debut en Alicante.

Alicante, 25 de junio.
Quinta de abono de la Feria de Hogueras.
Dos tercios de entrada.

Toros de Juan Pedro Domecq, terciados y de juego desigual. Destacó el enclasado tercero, Lechero-207.

Morante de la Puebla (de purísima y oro), ovación en los dos.
Alejandro Talavante (de azul noche y oro), oreja y ovación tras aviso.
Tomás Rufo (de blanco y oro), dos orejas y oreja.


CRONICA DE .Miguel de Clara

Foto; Antonio Vigueras

Tomás Rufo debutó en Alicante y abrió la Puerta Grande. Hasta ahí, sin novedad. Porque los goznes están bien engrasados y abren con felicidad. Otra cuestión es cómo se consigue. Rufo lo hizo, sin contestación alguna, después de ofrecer dos versiones de su concepto. Su primero, Lechero-207, sorprendió al torero cuando se disponía a brindar y el toledano hizo lo propio al de Juan Pedro con una tanda al natural que prologó lo que fue una faena en la que la distancia, la ligazón y los remates detrás de la cadera se sucedieron. Si más profundo al natural, con cadencia en el toreo en redondo. Espadazo y dos orejas.

A su segundo lo puso en suerte para que se apreciara su condición en el caballo, algo inédito en este ciclo. Se lució el ovacionado picador Iván García. Dibujante-149 apenas humilló. Todo se lo hizo Rufo a la altura que el toro permitía, con viajes cortos y soltando la cara, sobre todo por el pitón izquierdo. Se vio aquí a un Rufo más lidiador, con suficiencia. Lástima del pinchazo, pues tenía asegurada las dos orejas.

Alejandro Talavante basó su faena al primero de su lote más en la estética que en la profundidad. Templó relajado a media altura. Toreó relajado. Se gustó. Todo hasta que a Príncipe-6 se le acabó el escasito caudal de casta que tenía. Con el quinto se volvió a ver al Talavante vertical que llegó más al tendido en el toreo en redondo. Al natural echaba la cara arriba el de Juan Pedro.

Morante, después de la aciaga tarde del 24 de junio, salió dispuesto a congraciarse. A Oteador-151 le recibió con dos largas cambiadas, chicuelinas y serpentinas. A partir de ahí el toro fue yendo a menos y en la muleta se hizo bien patente su corto viaje con el que se estrellaron las ganas del de La Puebla. Las embestidas defensivas y desclasadas del cuarto ajaron la segunda actuación de Morante en el coso de la Plaza de España.

Cronica de Miguel de Clara

Fotogafias de Antoinio Vigueras