Sábado, 9 de septiembre. Plaza de toros de Utiel. Media entraba en tarde soleada. Toros de Juan Manuel Criado. bien presentados, variados de pelaje y de juego muy manejable. Manuel Escribano  (azul pavo y oro), oreja tras aviso y oreja.Román  (grosella y oro) oreja tras aviso y palmas tras aviso. Álvaro Lorenzo  (tabaco y  oro), saludos y oreja. Entre las cuadrillas saludó  tras banderillear al sexto Raúl Ruiz. Presidió Luis Maicas, asesorado por Antonio Puchol.

Enrique Amat, Utiel

Se celebró el primero de los dos festejos programados en la feria de la Virgen del Renedio de Utiel. Una corrida organizada por la empresa Taurofusion que dirigen los empresarios Raúl Adrada e Ismael López.

Lo cierto es que tras el COVID, y los problemas estructurales que sufrió la plaza del año pasado, fue toda una bocanada de aire fresco poder volver a los toros a Utiel. A los toros, y también para reencontrarse a viejos amigos, pasear por sus calles, concentrarse por la mañana y en la propia plaza de toros, junto a la peña taurina y disfrutar de la gastronomía local y la compañía de los amigos.

Luego, en la plaza, se lidió un encierro de Juan Manuel Criado. bien presentado y variado de pelaje que en general dio juego. Lustroso, enmorrillado y cómodo por delante el que abrió plaza, que se desplazó con el capote. Aceptó un justo castigo en varas, tuvo tranco en  banderillas, y luego sobresalió por su obediencia, fijeza, calidad y extraordinario temple la muleta. Al colorado, ojo de perdiz y bociblanco segundo  le costó algo más, pero siempre metió la cara por abajo, con fijeza y buen son.

Derribó casi sin querer el negro y más abierto de cuerna tercero, qué sangro mucho. Luego,  en la muleta quiso más que pudo, aunque embistió con un buen son. Pero tendió a quedarse corto y acabó claudicando. También salió con muchos pies el colorado, bociblanco y ojo de perdiz cuarto, al que apenas se le picó en varas. Más serio por delante, fue vino y se dejó, aunque siempre hubo que obligarle. El negro quinto tuvo tanto celo como aspereza, y se lo pensó siempre. Y un buen toro fue el sexto, un castaño lombardo, cuajado muy atemperado y que siempre embistió con nobleza y obediencia.

Manuel Escribano se lució al torear con el capote por verónicad a su primero, al que luego quitó por chicuelinas y el puente trágico. Banderilleó clavando reunido reunido y arriba y destacó en un par al violín. Luego, con la faena de muleta disfrutó toreando al placer en un trastero limpio, entolado, profesional y suficiente. Estuvo a la altura de un excelente toro, disfrutó e hizo disfrutar a los aficionados. Mató de una estocada baja de efectos contundentes.

Volvió a saludar con dos largas cambiadas en el tercio a su segundo, al que volvió a banderillear  con facultades y espectacularidad. Luego firmó  una faena en la que pisó terrenos de compromiso, acortó las distancias, se arrimó como un jabato  y exprimió las embestidas de su antagonista.

Román  lució por su toreó de sometimiento y mano baja el segundo, en un trabajo enfibrado y emotivo, con mucha comunicación con los tendidos.

El rubio coletudo liceista de Benimaclet planto cara con disposición, entrega y una cierta emotividad al quinto, en un trasteo esforzado y sincero en el que nunca perdió la cara a su oponente. Eso sí, manejó con mucha deficiencia las armas toricidas.Álvaro Lorenzo  se mostró en el son de torero enterado, con oficio y sobrados conocimientos de la profesión. Con todo, firmó una faena algo intrascendente, desapasionada y de escasa comunicación con el público. Frente al sexto hizo una faena sobrada y suficiente, en la que sobresalió por su ligazón y comunicación con los tendidos, sobrada de empaque  y expresión. Pese a ello,  le faltó presentar algo más la muleta por delante, cruzarse y traerse al toro más toreado. Eso sí, firmó un torerísimo epílogo de labor..

Cronica de Enrique Amat

Fotografias de Pedro Mateo de Tauroimagenplus.com