Domingo, 13 de marzo de 2022. Plaza de toros de Valencia. Más de media entrada en tarde entoldada. Toros de Victorino Martín. Bien presentados, cinqueños, manejables si bien escasos de fondo. Antonio Ferrera (azul pavo y oro), silencio y palmas tras aviso. Daniel Luque (blanco y plata), oreja tras aviso y saludos tras aviso. Roman (verde botella y oro), saludos tras dos avisos y silencio tras dis avisos. Entre las cuadrillas saludaron Jose Borrero, Fernando Sánchez y Francisco Sanguino. Presidió Jesús Merenciano.Pesos de los toros por orden de Lidia: 570, 556, 615 (2 bis), 572, 530, 575 y 566 kilos.
Enrique Amat

La primera corrida de toros del abono ofrecido por la empresa Nautalia tenía el aliciente de la lidia de los toros de Victorino Martín. Siempre son una referencia para el aficionado y despiertan su interés. Venían de protagonizar una importante tarde la semana pasada en Olivenza, ayudados por uno de los protagonistas de aquella tarde, Antonio Ferrera.
La presencia de Victorino es siempre un aliciente para el aficionado. Nunca deja indiferente a nadie. Ni en lo bueno ni en lo menos bueno. Ayer, la verdad es que todo se quedó a medias. Ni hubo muy buenas cosas, ni tampoco malas. Y eso quizá no es bueno. Ni lo que pretende el propio ganadero
El encierro de VICTORINO MARTIN estuvo muy bien presentado, todos los toros cinqueños. Sobrados de cuajo, con plaza y muy asaltillados, algunos fueron aplaudidos de salida por su espectacular trapío.
Muy largo, alto y descarado de cuerna el que abrió plaza, que se dejó pegar en dos entradas al caballo entrando de lejos. Metió los riñones, aunque también protestó algo. Tuvo alegría en banderillas, pero llegó el tercio final orientado, enterándose, cortando los viajes, a la defensiva y sin pasar.
El cárdeno entrepelado segundo tuvo muy poquita fuerza. Se derrumbó tras recibir el primer puyazo. Fue devuelto y como sobrero y se soltó un ejemplar de más de 600 kilos, cornipaso, con cuajo y volumen, que salió distraído y suelto de chiqueros. Muy resentido de los cuartos traseros y ayuno de fuerzas, tomó dos puyazos sin emplearse. Y en el tercio al final no regaló ninguna embestida. Se lo pensó, siempre a la defensiva, enterándose de lo que se dejaba detrás, pero también sin que faltase a aquello emoción.
Asimismo  veleto y en el son de sus hermanos el tercero, que tampoco anduvo sobrado de poder. Noble de comportamiento y con buen fondo, quiso más que pudo. 
Recibió dos puyazos saliendose suelto el cuarto,muy pastueño y dejando estar en todo momento. Sin celo y sin molestar, sirvió.Aplaudido de salida al quinto, que se dejó pegar aunque sin emplearse en el caballo. Y tampoco se empleó ante las telas. Pasó, pero escaso de convencimiento y siempre acordándose de lo que se quedaba detrás.
Y el que cerró  plaza, también veleto y asaltillado, se salió suelto de su primer encuentro con las plazas montadas  y se repuchó en el segundo. Fue el más victorino, encastado, serio, poderoso y con mucho que torear.
ANTONIO FERRERA venía de indultar Victorino he pasado Domingo en Olivenza. El extremeño, quien cumple ya 25 años de alternativa, lanceó con un capote azul y de forro de un tono celeste. No pudo hacerlo más que a la defensiva, tras unos adornos de salida. Y luego apenas tuvo oportunidad de hacer una faena de aliño sobre las piernas ante las nulas condiciones de su oponente, al que despenó de dos pinchazos, media y un descabello.
Y muleteó con suficiencia y solvencia aunque din mucho relieve al cuarto, en un trabajo que no acabó de tomar vuelo.
El sevillano DANIEL LUQUE, de la mano de Carlos Zuñiga, es otro torero a tener en cuenta. Se lució con el capote al lancear acompasado, con gusto y prestancia por delantales al segundo. Tuvo mérito su labor al sobrero, en un trabajo seguro y enfibrado, en el que se puso de verdad, exponiendo sin cuento. Pisó terrenos de compromiso, sobrado de actitud y de disposición y a base de exposición consiguió arrancar muletazos a su antagonista. Mató de una estocada un poco trasera y tendida.
Y también lució por su frescura, recursos, disposición, conocimiento y saber estar frente al quinto. Supo esperarle, consentirle, y sacarle los muletazos a base de lucidez y profesionalidad.
Volvía a Valencia ROMÁN, el único valenciano presente en las corridas de los carteles falleros, al margen de los novilleros Niño de las Monjas y Nek Romero. El rubio coletudo liceista de Benimaclet muleteó con tanta limpieza como compostura y templanza a su primero, en un trabajo entonado y de buen concepto, en el que tuvo la virtud de acompasarse a su oponente. Lució al torear al natural con la mano derecha, y llevando siempre cosido de los vuelos de la muleta al toro. Luego, por desgracia, mató a la última.
Brindó la muerte del sexto al matador de toros mexicano Eloy Cavazos. Y se puso a muletear lo fuera de la rayas de salida sin probaturas aguantando y consintiendo  las celosas embestidas del toro. Pero ahí quedó la cosa. Porque luego, a pesar de que hizo un esfuerzo sincero, no pudo someter ni estar a la altura las embestidas de su antagonista y acabó desbordado por el toro. Y volvió a pasar Las de Caín con los aceros.

Cronica de E. Amat

Fotografias de Mateo de Tauroimagenplus