Domingo 10 de septiembre, Plaza de toros de Utiel. Un tercio de aforo en mañana luminosa y calurosa. Astados de Juan Ruiz Palomares con cuajo, presencia y variedad de pelajes. El segundo y tercero fueron premiados con la vuelta al ruedo. Juan Alberto Torrijos, oreja. Marco Polope, dos orejas. Borja Navarro, dos orejas. Álvaro Cerezo, oreja. Bruno Gimeno,  dos orejas y rabo. Entre las cuadrillas destacaron Luis Pizarro y Emilio Miranda. Presidió Antonio Puchol.

Enrique Amat, Utiel

Los festejos taurinos de la feria de Utiel se completaron con una clase práctica con intervención de alumnos de la escuela de tauromaquia de Valencia. Una clase organizada por la Diputación de Valencia y la Escuela de tauromaquia de Valencia, en colaboración con el Ayuntamiento de la ciudad, Radio Utiel, la Peña Taurina Utielana y otras entidades locales. Se celebró en memoria del torero local recientemente fallecido Joaquin Ivars “Ivarito”.

Los astados de Juan Ruiz Palomares estuvieron bien presentados para este tipo de festejos.

Tuvo mucho lustre  el colorado primero, que fue y vino con nobleza y buen son. Con romana y cuajo el castaño segundo, más cómodo por delante, que manseó  más de la cuenta y tuvo una exagerada querencia a las tablas. Muy cuajado, aunque simpático por delante el negro tercero, que dio un excelente juego en la muleta. Fijeza, templanza, obediencia y prontitud fueron los ingredientes del comportamiento de un novillo de alta nota.

Extraordinario por su calidad, nobleza, templanza y tranco el castaño cuarto. Y el cierra plaza tuvo mucho cuajo, aunque era acapachado de cuerna. Se desplazó, pero siempre por la línea de la exigencia y algo reservón, y hubo que sacarle los muletazos uno a uno.

Juan Alberto Torrijos se lució con el capote y con la muleta se mostró como un torero enterado y con oficio. Ortodoxo, suelto y templado, firmó una faena más que cumplidora.

Marco Polope firmó un trabajo presidido por la expresión, la apostura y la verticalidad. Es torero de un sello muy especial. Rubricó una faena de rutilante firma que remató de una estocada de efectos fulminantes.

Borja Navarro se lució al lancear a la verónica. Y luego interpretó un trasteo técnicamente irreprochable, con limpieza, templanza, ligazón y sometimiento

Álvaro Cerezo. sobresalió por su toreo vertical, con sello y expresión, en una faena de limpieza y buen corte.

Bruno Gimeno lanceó con vibración y banderilleó clavando reunido y arriba. Y en el tercio final plantó cara con  disposición y sinceridad, recursos y desparpajo a un exigente ejemplar al que nunca le perdió la cara a pesar de sufrir tres serias volteretas

Cronica de Enrique Amat

Fotografia de Mateo de Tauroimagenplus.com