Domingo, 16 de abril de 2023. Plaza de toros de Vinaròs. Más de media entrada en tarde soleada. Novillos de Buenaventura, suficientemente presentados, y en general colaboradores. José Almagro, de la Escuela Taurina de Castellón, (azul y plata), oreja tras aviso. Mario Vilau, de Hospitalet de Llobregat (verde manzana y oro), dos orejas. Hugo Casado, de Barcelona (blanco y azabache), oreja tras aviso. Alba Caro, de Santa Coloma de Cervelló (rosa y plata), dos orejas. Marcos Adame, de Calafell (azul rey y azabache), oreja. Entre las cuadrillas destacó la lidia de Vicente Soler. Tras la lidia del tercer novillo se cortó la coleta el notable subalterno catalán David Valenzuela.

Enrique Amat, Vinaròs

Este 16 de abril de 2023 significará la fecha más importante para la Cataluña taurina desde aquel 25 de septiembre de 2011, día en el que Serafín Marín estoqueó el último astado que se lidió en la Monumental de Barcelona. Estuvo en el callejón en Vinaros para apoyar el festejo. Y es que cuatro emergentes novilleros formados en la Escuela de Cataluña hicieron su debut de luces como novilleros sin caballos en Vinarós. La Escuela de Cataluña hizo un encomiable esfuerzo para reivindicar los toros en aquella comunidad. Y la gente respondió.

En cartel, aspirantes que han toreado clases prácticas fuera de Cataluña, pero la de Vinaròs ya fue una novillada sin picadores en estos sus primeros pasos en la profesión. Con el matador de toros Enrique Guillén al frente, cuatro alumnos;  Alba Caro, de Santa Coloma de Cervelló; Marcos Adame, de Calafell; Mario Vilau, de l’Hospitalet de Llobregat, y Hugo Casado, de Barcelona, hijo del matador Alfonso Casado, que colabora con Guillén se hicieron presentes en el coso vinarocense para dar un espaldarazo a la torería catalana.

En un día luminoso, los aficionados pudieron pasear por la ciudad, disfrutar de sus playas y su gastronomía, y luego acudir a la plaza. Qué más se puede pedir.

Tras el paseíllo, surgieron los gritos «Cataluña es Taurina» y «Libertad», reivindicando la fiesta de los toros. 

Los novillos de Buenaventura, bien presentados, sirvieron para que los chavales mostrasen sus condiciones. Nobles y con fondo, aunque les faltó un tanto así de poder, se dejaron y dieron buen juego.

El burraco que abrió plaza, terciado y bien hecho, quiso más que pudo. Exhibió una buena condición y fondo, pero le faltaron las fuerzas. También terciado el segundo, que se dolió mucho en banderillas. Al igual que su hermano, que son más que pudo. Por eso, a pesar que tuvo mucha nobleza y fijeza, tendió a protestar al final de los muletazos. Más cuajo, presencia y poder tuvo el tercero. Con todo, se defendió más de la cuenta y no pasó.

Bonito el colorado cuarto, que fue y vino, noblón y colaborador. Y el precioso el burraco que cerró plaza, fue bueno hasta decir basta. Obedeció los toques de su matador, y siempre quiso embestir.

José Almagro, alumno de la Escuela Taurina de Castellón, saludó a porta gayola a su oponente y luego compartió el tercio de banderillas con su padre. Jose Vicente Almagro. Mostró facilidad y sentido de la colocación. Luego, con la muleta, anduvo porfión y tesonero, ante un novillo escaso de fuerza. Mostró facilidad, soltura y sentido de la ligazón. Al final de la faena se pegó un arrimón. Luego falló con las armas toricidas.

Mario Vilau, de Hospitalet de Llobregat, se fue a la puerta de chiqueros a recibir a su oponente, al que luego lanceó por faroles de rodillas. Luego muleteó muy asentado, cerca de los pintores y con sentido de la ligazón y la templanza. Fundamentos y valor fueron los ingredientes de su actuación. Asentado, firme y con valor, cumplió con creces.

Hugo Casado, de Barcelona, hijo del matador de toros Alfonso Casado, se mostró como un torero enterado y con oficio. Pisó con aplomo los terrenos, y a pesar de las complicaciones de su antagonista, solventó con buen aire y lucidez sus dificultades. Se abrió un crédito.

Alba Caro, de Santa Coloma de Cervelló, también se fue la puerta de chiqueros a saludar a su oponente. A pesar de su bisoñez, muleteó con sentido y soltura. Tuvo suficientes recursos y solvencia para resolver la papeleta, con tanto desparpajo como buen aire. Mató de una media lagartijera de efectos contundentes.

Marcos Adame, de Calafell, a pesar de estar muy nuevo, dibujó una faena en la que cumplió y ofreció atisbos de lo que puede ser en el futuro. Asimismo cumplió.

El balance no puede ser más esperanzador. Cataluña se reivindicó. Gracias por el esfuerzo y enhorabuena.

cronica de E. Amat

Fotografias de Agencias