Una semana después de recibir en su casa de Oliva el Premio Cervantes de manos de los Reyes de España.
Ayer, sobre las diez de la noche, falleció en el hospital Francisco De Borja de Gandía, a causa de una complicación del postoperatorio de una hernia por la que había sido ingresado hace unos días, el poeta valenciano Francisco Brines, a los 89 años de edad. Justo una semana despues de que los reyes de España acudiesen a su casa de Oliva para hacerle entrega del Premio Cervantes, galardón que no pudo recoger el 23 de abril en Alcalá de Henares por su delicado estado de salud.
Parece como si hubiese estado aguantando lo justo para recibir este premio que pone colofón a una brillantísima ejecutoria por la que ya había sido distinguido con el Premio Nacional de Literatura, el Fastenrath, el Nacional de las Letras Españolas o el Reina Sofía de Poesía, entre otros muchos.
Nacido en el seno de una familia de acaudalados agricultores de Oliva, estudio Derecho en Deusto, Valencia y Salamanca y Filosofía en Madrid. Viajó mucho y fue profesor en Oxford. Pero lo suyo era la poesía, a la que se aficionó leyendo a Becker, Rubén Darío o Juan Ramón Jiménez, aunque su debilidad era Luis Cernuda. Y a ella se dedicó en cuerpo y alma, logrando ser uno de los nombres más destacados de la llamada Generación del 50, dejando obras tan logradas como Las brasas, El otoño de las rosas o Palabras a la oscuridad. En 2001 fue nombrado miembro de la Real Academia Española de la Lengua, ocupando el sillón X, vacante tras el fallecimiento de Buero Vallejo.
Aunque en su producción literaria el tema taurino es muy poco habitual, Brines era un gran aficionado y ha sido durante muchos años miembro del jurado taurino de la Diputación de Valencia, en cuya revista Quites escribió “Algunos nos congregamos en las plazas de toros ante la posibilidad de que allí se nos revele aquello por lo que sabemos que la Fiesta se justifica: la súbita presencia del arte” … Admirador de Ordóñez y Rafael de Paula, muy amigo de Luis Francisco Esplá, hace unos años particpó en los actos conmemorativos del vigésimo aniversario de alternativa de Enrique Ponce y posteriormente colaboró con Avance Taurino en la exposición Los Toros son Cultura ¡Claro que sí!, que se exhibió en buena parte de la geografìa española y en la que dejó su particular visión de la tauromaquia como elemento cultural: “La fiesta de los toros es el espectáculo más razonado y emocionante que se ha originado y logrado en España. Es la lucha a muerte entre un animal racional (el diestro: que debería aunar valentía, conocimiento y, en los mejores de ellos, arte plástico singularizado) y un animal irracional (el toro: belleza, pujanza constante acometividad) con un resultado siempre de muerte, en un breve y contado transcurso temporal. En el desafío también puede actuar el azar, como ocurre en la vida a menudo. Un espectáculo solo comparable a sí mismo”.
Cronica de Paco Delgado de Avance Taurino
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