Miércoles 12 de octubre de 2022. Plaza de toros de Valencia. Un tercio de entrada en tarde soleada. Toros de Torrealta, Alcurrucén, Adolfo Martín, Pedraza de Yeltes, La Palmosilla y El Tajo, bien presentados y de juego variado. Destacaron 1 y 4. Román (verde y oro), oreja tras aviso y saludos tras dos avisos. Alvaro Lorenzo (tabaco y oro), silencio y división al saludar. Isaac Fonseca ( grana y oro), saludos tras aviso y saludos. Entre las cuadrillas destacó en la brega Rafael González al primero y saludó Iván García tras banderillear al tercero. Presidió Jesús Merenciano. Tras el paseíllo se guardó un minuto de silencio en memoria de Roberto Espinosa.
Enrique Amat, Valencia
La corrida del día de la Hispanidad se planteó como un concurso de ganaderías, que se organizó por parte de la empresa de una manera esmerada, cuidando los detalles. Ver tratar de lucir a los toros en varas es todo un privilegio en estos tiempos que corren.
El toro de Torrealta, se fue de largo al caballo de Santiago Morales Chocolate , quien señaló las tres veces arriba, midiendo el castigo en las tres entradas en las que el toro se empleó con bravura y fijeza. Cumplió con creces. Cortó algo en banderillas, pero tuvo fijeza y excelente tranco en la muleta. Un bravo ejemplar, que lució esa bravura hasta su muerte.
Eñ de Alcurrucén, negro, silleto, tenía mucha caja, mucho pecho y era tremendamente astifino. Fue dos veces al caballo de Javier Sánchez, a regañadientes y como sin querer. Esperó y se defendió en banderillas. Paradote y reservón, no sirvió.
El de Adolfo Martín fue aplaudido de salida. Un astado asaltillado, cárdeno claro y veleto, casi cornipaso, que apretó de salida en el capote. Entró tres veces al caballo de Jesús Vicente, estando pendiente de la montura, pero sin mostrar excesiva codicia ni alegría. En la muleta fue exigente, con muchas teclas que tocar y con mucho que torear.
El de Pedraza de Yeltes, muy grandón, alto, serio y abanto de salida, se dejó pegar en el primer puyazo de El Puchano. Muy encelado, se durmió en el peto. A pesar de ello, se fue de largo al segundo encuentro. Y todavía más de largo al tercero. Fue un tercio de varas emotivo y vibrante. Luego en la muleta tuvo fijeza, obediencia y embistió con nobleza. Sus viajes no fueron excesivamente largos, pero fue un buen toro.
El de La Palmosilla más bajito, silleto y largo, no remató de salida, y empujó al caballo de Alonso Sánchez en la primera entrada. Se fue de largo al segundo encuentro, tras el cual blandeó mucho. Con todo, llegó tercio final con fijeza, prontitud y viniéndose de lejos, hasta quevse rompió a la salida de un muletazo.
El de El Tajo, castaño, bociblanco y cabezón, huyó de salida. Enterándose y echando las manos por delante, ante el caballo montado con Juan Jose, Leiro se dejó pegar en demasía, y fue al segundo puyazo sin convencimiento. Luego duró una serie, y el resto de la faena, cortó los viajes, se defendió y no dejo de reponer.
Román, lanceó ganando terreno a su primero y luego le plantó cara en el platillo de la plaza, donde lo muleteó con templanza, limpieza y sentido de la ligazón. La faena tuvo un punto de inflexión, pero al final mantuvo el nivel y estuvo bien coronada con los aceros.
El rubio coletudo liceísta de Benimaclet planteó también su labor al cuarto fuera de la rayas. Su trabajo, bien concebido, estuvo algo falto de convencimiento aunque siempre lo intentó. Falló con los aceros. Tuvo la virtud de lidiar muy bien a los dos de su lote y lucirlos en el caballo.
Alvaro Lorenzolo intentó con profesionalidad y aseo ante su primero, en una labor de buen concepto y de torero puesto, pero que no acabó de coger vuelo. Tendió a tirar líneas y no acabó de convencerse.
Más dispuesto se le vio ante el quinto, con el que comenzó su labor con pases cambiados por la espalda en el platillo de la plaza. Hubo templanza, limpieza y pausa en su labor a la que le faltó algo de ajuste. Tras un muletazo, el toro se rompió y hubo de ser apuntillado.
Isaac Fonseca bregó de salida con el de Adolfo Martín, con el que se salió los medios a base de piernas. Luego le plantó cara con gallardía y disposición, en una faena de aguante y sincera entrega, aunque algo falta de gobierno. Mato de un pinchazo y una estocada corta.
Después de brindar la muerte del sexto a toda la cuadrilla, se posó de hinojos fuera de la rayas y muleteó con emoción. A los sones de la Concha Flamenca, interpretado por la Sociedad Musical de Montroy, lo intentó de nuevo con sinceridad ante un toro muy venido a menos. Se pegó un arrimón de órdago a la grande y se justificó con creces. Mato de un pinchazo y una estocada baja.
Al final del festejo se hicieron públicos los premios del concurso, que recayeron en el picador Santiago Morales, chocolate, en el banderillero Rafael González y en el toro Planeador, de Torrealta, lidiado en primer lugar.
Cronica de E. Amat
Fotografias de Mateo de auroimagenplus.com








