Sábado, 16 de julio de 2022. Plaza de toros de Valencia. Menos de media entrada en tarde calurosa.Toros de Fuente Ymbro, bien presentados y juego muy desigual. Jesús Duque (catafalco y azabache), saludos y oreja tras aviso. Álvaro Lorenzo (crema y oro), saludos y oreja tras aviso. Ángel Tellez (tabaco y oro), palmas y saludos tras aviso. Entre las cuadrillas destacó Roberto Blanco en la lidia al que abrió plaza. Saludaron tras parear al segundo Curro Javier y Alberto Zayas y Andrés Revuelta y el propio Alberto Zayas en el quinto. Julio López se mostró muy oportuno en quites. Presidió, erratico, Pedro Valero. Pesos de los toros por orden de lidia:537, 508, 559, 546, 545 y 528 kilos.
El parte medico de Duque :”Durante la lidia del cuarto toro ha ingresado en la enfermería el diestro Jesús Duque. Presenta varetazos en cara interna del muslo izquierdo, cara posterior del muslo derecho y varetazos con hematoma en región gemelar derecha. Contusiones frontal y en región rotuliana derecha. Pronóstico leve salvo complicaciones. Trasladado al Hospital Casa de la Salud para estudio.”
Enrique Amat, Valencia
Prosigue la ola de calor, y la verdad es que lo de ayer no lo recordaban ni los más viejos del lugar. Uno recordaba aquellas célebres tardes de la feria taurina de Xativa, la feria dels Socarrats, el lugar donde más calor pasaba uno a lo largo de la temporada. Dicen que Ecija es la sartén de Andalucía. Pues bien, el coso de la calle de Játiva ayer no le tenía nada que envidiar. Qué manera de caer el sol a plomo. Por eso, se antojaba una heroicidad sentarse en los tendidos. Y si en los de sombra no se podía estar, en los de sol, aquello no tenía un pase. Por eso, cualquiera se ponía debajo del reloj a presenciar el festejo.
Tras la apoteosis vivida la tarde anterior con la actuación de Roca Rey, la tercera corrida de la feria de julio ofrecía un cartel de renovación. Un torero valenciano que llevaba ausente de esta plaza mucho tiempo; un torero de cartel que ahora está en un momento de transición de su carrera y uno de los triunfadores de la feria de San Isidro, como Angel Téllez.
Los toros de Fuente Ymbro, bien presentados, dieron un juego desigual. Bien presentado, bizco y con cuajo el primero, que se salió suelto de sus dos encuentros con las plazas montadas. Llegó a la muleta reservón, quedándose corto y exigiendo siempre. Se movió, pero nunca se entregó. El lustroso y engatillado segundo tuvo muy pocas fuerzas y apenas se le picó. Luego, se defendió en la muleta, soltó la cara, no terminó de emplearse y aunque sirvió, no dió muchas opciones.
Mucho volumen, cuajo y alzada tuvo el tercero, que se durmió en el peto. Laboriosa resultó su brega, y luego en el tercio final metió la cara entre las manos, se defendió siempre acobardado y no terminó de pasar. El precioso y espectacular jabonero cuarto, cuajado y bien armado, no empujó en el caballo, echó en la cara arriba y se defendió. Luego se fue con prontitud y alegría a los engaños en el tercio final, siempre pendiente de los engaños y con fijeza, aunque soltó la cara y no terminó de humillar.
El quinto exhibió las virtudes de la movilidad, la fijeza y el estar siempre pendiente de los engaños. Tuvo tranco y son en sus embestidas. Y el castaño sexto peleó bien en varas, aunque luego el duro castigo sufrido en el caballo le llevó a pararse pronto, cortar los viajes y defenderse más de la cuenta.
Jesús Duque saludó con una larga en el tercio el que abrió plaza. Luego comenzó su faena con pases cambiados en la boca de riego, en una labor en la que siempre quiso pero no siempre pudo.
Y brindó al Soro la muerte del cuarto, frente al que se descaró de entrada en los medios. Luego, su esforzada labor, tan afanosa como sincera y dispuesta, estuvo algo falta de limpieza, ya que le tropezaron los engaños y no acabó de conseguir cogerle el ritmo a su enrazado antagonista, que siempre soltó la cara. Fue cogido de forma dramática y zarandeado angustiosamente. Dió la impresión de que San Fermin se vino de Pamplona Valencia, y echó mano de su milagroso capote para evitar que aquello acabase en una tragedia. Aún así, hecho un Ecce Homo, Jesús se levantó y entró a matar propinando al astado una estocada muy defectuosa. Y otra arriba que bastó.
Álvaro Lorenzo se mostró como ese torero enterado y con oficio que es. Pisa de los terrenos con seguridad, se coloca bien, sabe resolver la papeleta, tiene sentido del temple, pero dijo muy poco ante el segundo. Un tanto sobrado, su faena no trascendió y además mató mal.
También brindó al Soro la muerte del quinto, ante el que firmó una labor vibrante e intensa, en la que muleteó con expresión y sentido de la ligazón, sobrado de desparpajo y recursos por los dos pitones. Mató de una estocada trasera y desprendida.
Ángel Tellez, que venía con la vitola de triunfador en la feria de San Isidro, brindó su primera faena a Vicente Ruiz el soro, que le tocó una diana floreada. Anduvo queriendo en un trabajo tan esforzado como irrelevante, ante un toro rajado, que no te terminó de tomar vuelo. Se pegó un arrimón que le sirvió para justificarse.
Y firmó un vistoso quite en el sexto, ante el que protagonizó una lucida apertura de faena a pies juntos entre las dos rayas. Luego porfió pisando terrenos de compromiso y exponiendo con plausible actitud ante su parado antagonista, en un trasteo en el que se justificó por su actitud. Se pasó en el metraje de la faena y le costó matar.
Cronica de E. Amat
Fotografias de Mateo de Tauroimagenplus.com








