Cuidar los heridos

Casi todas las plazas de toros en España tienen una enfermería donde los toreros pueden ser atendidos por los médicos inmediatamente en caso de ser heridos durante una corrida. Los equipos médicos de estas excelentes clínicas se sientan bien protegidos en sus burladeros en el callejón junto al ruedo. Sólamente se encontrará a los mejores cirujanos generales, especia-listas ortopédicos y osteópatas, también anestesistas y enfermeras bien experi- mentadas. En muchos casos los toreros deben sus vidas a estos médicos magos cuyos conocimientos y experiencia se ha reconocido como importante aportación española a la ciencia médica internacional.

por Pieter HilderingLa importancia de la atención médica a los toreros heridos ha existido desde hace siglos. En 1597, un cirujano superior de la
marina española, don Cristóbal Pérez de Herrera, escribió al Rey Felipe II: “Majestad, para salvar las vidas de los 300 hombres que anualmente mueren en los cuernos de los toros, le recomiendo reservar camas y equipos médicos en los hospitales de su reino y educar doctores para tratar y cuidar tales lesiones”. Sin embargo, parece que no estaba demasiado seguro porque concluyó:
“También le impulso a tener a un sacerdote cerca de la plaza para administrar los santos óleos a los moribundos y para tomar su
confesión.” Pero sus palabras fueron desatendidas. Cuando se construyeron recintos nuevos, no incluyeron instalaciones médicas para un torero en peligro. Las cosas cambiaron con el establecimiento del ‘Montepío de Toreros’, una sistema de Seguridad Social para toreros, fundado en 1909 por el gran matador Ricardo Torres
‘Bombita’. Veinte años después se inauguró una clínica especializada. Por fin tenían en cuenta al torero herido.
Mientras tanto, en Valencia, los toreros cogi-dos eran llevados a un hospital local para su tratamiento, aunque en 1921 se abre la enfermería de esta plaza de toros. Puede encontrarla al lado de la plaza, completa-mente equipada y aún perfectamente operativa

Cronica de Pieter Hidering