Sábado 27 de julio de 2022. Plaza de toros de Bocairent. Aceptable entrada en tarde lluviosa. Erales de José Cruz, bien presentados y de buen juego. El tercero, de nombre Camorrista, fue premiado con la vuelta al ruedo. Nabil Essaouri el Moro de la escuela taurina de Mar de Nubes, saludos tras aviso. Javi Camps de la escuela taurina de Valencia, oreja. Jorge Mallen de la escuela taurina de Huesca, oreja. Gonzalo Alves de la escuela taurina de Villafranca de Xira, dos orejas. Manuel Martínez de la escuela taurina de Málaga, silencio tras dos avisos. Alejandro González de la escuela taurina de Albacete, dos orejas y rabo. Entre las cuadrillas pusieron buenos pares Simón Andreu, Marco Polope y Bruno Gimeno, y Juan Alberto Torrijos lidió con eficacia. Presidió la concejal Mariluz Pascual, asesorada por Ximo Morales. Alejandro González salió a hombros.
Enrique Amat, Bocairent
La plaza de toros de Bocairent fue escenario de una clase práctica con participación de alumnos de las escuelas de tauromaquia. En la misma se anunciaron los mismos seis alumnos que hicieron el paseíllo en Valencia la noche del 16 de julio, ante una infumable novillada de Juan Ruiz Palomares.
El festejo estuvo organizado por la escuela de tauromaquia de Valencia con la colaboración de la Peña Espla de Bocairent y la Asociación Cultural taurina de la ciudad. Llovió con fuerza a la hora de comenzar el espectáculo y, aún así, se pudo celebrar este sin mayores problemas.En esta ocasión los astados lucieron el hierro de José Cruz, muy bien presentados y cuyo fuego estuvo presidido por una incansable movilidad. Fueron encastados y bravos hasta decir basta.
Se movió incansable el bien presentado primero, que fue y vino y obedeció siempre a los toques. También resultó encastado y con mucha movilidad el lidiado en segundo lugar. Bravo, pronto y repetidor el tercero, que dió un gran juego. Todavía más bravo el jugado en cuarto lugar, que tuvo un motor incansable y cuyas encastadas embestidas resultaron incluso atosígantes. Algo más atemperado, con fijeza aunque protestón y algo incómodo el cuajadisimo quinto. Y el sexto, también de buena nota, tuvo el pequeño defecto de quedarse a veces debajo de las telas, protestar y calamochear, pero sirvió.
Nabil Essaouri el Moro, de la escuela taurina de Mar de Nubes, firmó un trabajo de larguísimo metraje y de no sobrado mensaje, que estuvo muy mal rematado con los aceros.
Javi Camps, de la escuela taurina de Valencia, muleteó con sentido de la ligazón y mucha suficiencia en una labor de buen concepto.
Jorge Mallen, de la escuela taurina de Huesca, dio muchos pases en una labor afanosa y tesonera. Tiene oficio y sentido de la ligazón, pero su firma es algo rústica y de escaso relieve.
Gonzalo Alves, de la escuela taurina de Villafranca de Xira, venia de proclamarse triunfador del I memorial Fandiño de Bilbao. Lanceó con variedad y banderilleó con espectacularidad. Luego plantó cara con disposición y sinceridad a las encastradas y bravas embestidas de su oponente, que incluso le pegó una sería voltereta. A pesar de ello, siguió en la cara del novillo y firmó una faena emotiva y sincera.
Manuel Martínez, de la escuela taurina de Málaga, ttasteó con voluntad, afanes y buenos deseos al quinto, en un trabajo en el que lo intentó por todos los medios, pero en el que presidieron los desarmes. La faena no logró tomar vuelo. Con todo, firmó momentos de interés.
Alejandro González, de la escuela taurina de Albacete, mostró un más que esperanzador sentido de la colocación y del temple. Manejó las telas con cadencia, y llevando siempre muy embebido a su oponente en los vuelos de la muleta. Valor, asentamiento de plantas y firmeza fueron los ingredientes de un trabajo que evidenció la progresión de este torero. Se tiró a matar derecho y recto como una vela.
Cronica de E. Amat
Fotografias de Mateo de Tauroimagenplus.com









