Domingo, 28 de noviembre de 2021. Plaza de toros de Valencia.Aceptable entrada en tarde invernal y ventosa. Erales de Antonio Lopez Gibaja, bien presentados y de excelente juego. Al sexto, Atracado de nombre, se le premió con la vuelta al ruedo. Kevin Alcolado, tibias palmas tras aviso. Porta Miravé, saludos. Javier Camps, petición. Cid de Maria, ovación. Lenny Martin, silencio. Leonardo, oreja. Javi Camps sufrió un corte en la mano derecha al entrar a matar, del que fue atendido en enfermería, que necesitó varios puntos de sutura. Entre las cuadrillas lucieron en sendos pares Alberto Donaire y Alvaro Coso. Presidió Manuel Rodríguez El Exquisito
Enrique Amat, Valencia
La segunda de las dos clases prácticas dentro de este certamen “Valencia busca un torero” y que ha supuesto la reapertura de la plaza de toros de Valencia, se celebró en medio de una tarde invernal. El cielo oscuro, viento y un frío polar. Pero como se dice en el argot, para la infantería no hay obstáculos. Luchando contra los elementos, la afición no conoce barreras.
Tras el entretenido espectáculo del sábado, ayer se vivió otra tarde que tuvo sus momentos de interés. Y con el hecho más que destacable y esperanzador, de la gran cantidad de gente joven que se congregó en los tendidos.
Los erales de Antonio Lopez Gibajaestuvieron bien presentados para este tipo de festejo. Abrió plaza una ejemplar bajito aunque cuajado, sobrado de romana, silleto y con culata. Tuvo temperamento, tomó los engaños de largo y con transmisión y acabó acusando la falta de mando de su matador. Más estrecho el segundo,que tuvo la virtud de obedecer los toques, repetir sus embestidas y estar siempre pendiente de los engaños. El tercero tuvo casta, movilidad y transmisión para dar y tomar, con el defecto de soltar la cara y no terminar de humillar, pero fue excelente para el torero, El cuarto también galopó y se movió incansable, si bien exhibió cierto genio.
El colorado quinto, cuajadito y bonito, Zahareño de nombre, tuvo mucha templanza de salida.  Luego la calidad, el tranco, el son y la fijeza fueron los ingredientes de un comportamiento en el que no dejó de humillar y meter la cara los engaños con calidad. Y el cierra plaza se dolió espectacularmente en banderillas. Luego, en el tercio final, embistió encastado, repetidor y sin dejar de ir para adelante, incluso llegando a resultar un punto atosígante. Pero dio un excelente juego.
Kevin Alcolado, de la escuela taurina de Alicante, no termino de acoplarse con las encastadas embestidas de su oponente. Le costó mucho ponerse en el sitio, despegado y muy falto de confianza. Su labor, de largo metraje y tesonera, tuvo algún momento aislado en un conjunto que decepcionó. Incluso le tocaron un aviso antes de entrar a matar, y pasó las de Caín para igualar a su oponente y poder entrarlo a matar.
Porta Miravé, de la escuela taurina de Huesca,anduvo compuesto y queriendo expresar buenas formas, en un trabajo de cierta pinturería, pero al que también le faltó ajuste, mando y sometimiento. El trasteo, de cierta expresión, no acabó de tomar vuelo, y también tuvo un larguísimo metraje. Y descabelló a la última.
Javier Camps, de la escuela de tauromaquia de Valencia, mostró un notable corte de torero. Le costó coger el aire a su antagonista, pero luego una vez templado y centrado con él, muleteó con excelente son. Compás, gusto y torería en una labor bien concebida y con expresión. Al entrar a matar se hirió en la mano derecha y le cayó baja, pero aún así le debían haber premiado con una oreja. El presidente se equivocó al no concedérsela.
Cid de Maria, de la escuela taurina de Guadalajara, lució en el tercio de banderillas por su espectacularidad y acierto . Enfibrado y comunicativo, se le vio puesto y con conocimiento de la profesión.
Lenny Martin, de la escuela taurina de Beziers, es torero espigado. Perfectamente vestido de torero, lanceó con variedad y apostura. Luego con la muleta anduvo periférico, sin terminar de cruzarse, y siempre toreando para afuera, en una labor de cierta expresión pero falta de ajuste. Y también mató a la última. Tras un espectáculo muy poco edificante, acabó por descabellar al astado, que mereció mejor trato,  Victor Manuel Blázquez, profesor de la escuela de tauromaquia.
Leonardo, de la escuela taurina de Vilafranca de Xira, llegó acompañado por el matador de toros Victor Mendes. Se mostró como un espectacular banderillero, Y luego planteó una faena en la que estuvo asentado, corriendo la mano y tratando de embarcar las embestidas de su oponente. Se pasó muy cerca a su antagonista y lo llevó siempre cosido los vuelos de la muleta y muy toreado. Por momentos incluso cadencioso y desmayado. Una faena variada, de torero con ganas de ser. Nuevo pero con gran proyección.

Cronica de E. Amat

Fotografias de Mateo de Tauroimagenplus