Debajo de una mesa en la terraza de La Jaula, en Monda, se encuentra un gato calicó callejero, tan delgado como la pata de mi silla. Se limpia insolentemente, mientras con el rabillo del ojo vigila a un perro bien educado de color marrón oscuro. Bruce Springsteen acaba de salir de mi oreja derecha y ahora una estrella del pop español intenta entrar. Los domingos sólo hay un autobús a la ciudad más cercana, que sale de la plaza del pueblo a primera hora de la mañana, así que – como el gato – probablemente pasaré mucho tiempo en la terraza de La Jaula. El perro bien educado de color marrón oscuro finalmente pierde el reto y ladra furiosamente al gato. Acaricio la cabeza del felino y le pido a la camarera otra manzanilla La Guita con una ración de boquerones en vinagre.
Caminando por el pueblo paso por una pequeña plaza con una pirámide de mármol gris rodeada por setos de ligustro bien recortados. Está dedicada a Francisco Villanueva, otro benefactor del pueblo, mientras que en la pared opuesta, una placa de cerámica me dice que ésta es la casa-museo de la legendaria panadera Mari Gloria.
Un busto en bronce del Doctor Jiménez Encina mira hacia la calle que lleva su nombre. El médico tiene un rostro severo, aunque su coqueta perilla diga lo contrario. ‘Por todo el bien que ha hecho por su pueblo’ lee la inscripción.
Juan García Jiménez fue un torero muy conocido en la década de los años sesenta y setenta. Aunque no nació aquí, sus antepasados son de Monda y por eso él se apodó Mondeño. Dicen que su valentía fue indiscutible, pero Juan tenía una manera fría, distante cuando se enfrentaba a los toros y en realidad nunca se convirtió en una gran figura favorita del público. Tomó la alternativa en Sevilla en 1959 y en 1963 el matador respondió a una llamada que había escuchado ya desde niño y entró en un convento de frailes dominicos en Burgos. El matador Mondeño se convirtió en Fray Mondeño pero sin placa, ni busto en bronce, ni pirámides de mármol rodeado de setos de ligustro bien recortados recuerdan en el pueblo a uno de sus hijos más valientes. Dicen que Juan García Jiménez Mondeño nunca hizo nada que mereciese la pena para Monda…
Mondeño falleció en Sanlúcar La Mayor (Cádiz) el 5 de enero. Dos dias antes de cumplir 89 años.
Cronica de Pieter Hildering
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