Canta El Turronero: “Con la muleta en la izquierda y los pies clavaos en el suelo y al torero de Alicante hay que tirarle el sombrero, ole tu mare, ole tu mare, que despacito torea José María Manzanares”. 

El 24 de junio de 2021 el mundo taurino conmemora el cincuentenario de la alternativa del genio taurino José María Dols Abellán «Manzanares». Este es un breve resumen de esos cincuenta años. Apareció por primera vez con picadores a los 16 años el 24 de mayo de 1970 en la plaza de Benidorm. Los novillos vinieron de Sánchez Arjona. Curro Fuentes cortó una oreja a su primer oponente, a Pepe Luis Ortuño se le dieron las dos orejas del quinto novillo y al toricantano Manzanares llevó dos orejas que le merecieron una vuelta al ruedo y recibió silencio en el último. Tanto Ortuño como José Maria salieron por la puerta grande. Al final de la temporada del 1970 Manzanares llegó a la 4a posición del escalafón con 41 novilladas y 69 orejas cortadas.

Su alternativa tuvo lugar en su ciudad natal Alicante el 24 de junio de 1971. Así lo comentó la Agencia EFE: “Luis Miguel ‘Dominguin’ (que hizo su reaparición) toreó a su primero por verónicas entre ovaciones, y realizó una gran faena de muleta con temple y dominio. Mató de una estocada: dos orejas y rabo y vuelta al ruedo. En el cuarto, faena compuesta de derechazos y redondos y naturales suaves, afaroladas y desplantes. Estocada y descabello: una oreja y petición de la otra. Santiago Martin ‘El Viti’ en su primero estuvo voluntarioso. Porfiando mucho; pinchazo y media estocada, sonando un aviso cuando doblaba el toro. Vuelta. En el quinto realizó una excelente faena de muleta, artística y dominadora; mató de un pinchazo, una estocada y descabello al segundo golpe. Oreja. José Mari Manzanares ovacionado al torear por verónicas. Brindó la muerte del toro a su padre, banderillero de su cuadrilla. Faena de muleta con mucho temple y mando, con derechazos y naturales. Estocada, dos orejas y rabo. Al último de la tarde, faena dominadora, pinchazo y media estocada; vuelta al ruedo a hombros en unión de Luis Miguel, saliendo así los dos por la puerta grande.”

Casi dos años después, confirmó su alternativa en la madrileña plaza de Las Ventas. Lidiaron seis toros colorados de la ganadería Garzón. El toricantano estrenaba terno blanco y plata; su padrino Sebastián Palomo ‘Linares’ se vistió de negro y plata. El mejicano Eloy Cavázos (ciclamen y oro) actuó como testigo. Los seis toros eran mansos y complicados y ninguno de los tres matadores tenía la suerte de triunfar. Una vez terminada la temporada del 1972, José María Manzanares llegó a la 9a posición del escalafón de matadores con 47 corridas de toros, y con 48 orejas y un rabo cortados.

Canta Natalio de Paterna en la plaza de toros de Jerez: “Tiene arte y maestría José María Manzanares que nadie puede igualar.”

Una encuesta realizada en 1997 afirmaba que “En su carrera Manzanares toreó más corridas que ningún otro torero en este siglo, superando las 1.700 corridas de toros. Si tuviéramos datos fiables de siglos anteriores, podríamos concluir que es el torero que más corridas ha toreado en toda la historia de la tauromaquia ”. Mientras tanto, Manzanares nunca fue un torero para complacer a las masas, nunca para hacer los mismos trucos con todos sus toros. Fue considerado un torero de arte, más Belmonte que Joselito ‘El Gallo’. Más Sevilla que Pamplona. Su toreo era frágil pero intenso, sus triunfos eran raros y necesitaba ese toro especial para desarrollarse. Pero si lo hizo, las imágenes se quedaron en tu mente para siempre. De agosto de 1980 a julio de 1999 lo vi en 41 corridas de toros (en las que solo cortó 16 orejas) en varias plazas de toros de Valencia a Málaga y de Huelva a Puerto Banús. Las siguientes historias se basan en apuntes que tomé entonces. El primero se trata de un mano a mano (por retirarse Paco Ojeda) con ‘Litri’ en Huelva el 6 de agosto de 1988, con seis toros de Manolo González: “La afamada tauromaquia de José María era algo que había visto poco, pero que siempre había admirado y preferido a la velocidad deslumbrante y los trucos de joven Litri. Manzanares fue el artista y el toro de Manolo González su noble oponente. Nada fue exagerado. Nada salió mal. Todo estaba en perfecta armonía. Gran faena con una muleta bellamente balanceada. Una actuación clásica con inolvidables pases de trinchera de arte, de la casa. La recompensa justa debería haber sido dos orejas y rabo, pero porque el maestro falló con la espada, solo le cortaron las dos orejas.” 

Continuo con la corrida en Valencia el 17 marzo de 1991. Seis toros de Guadalest, para José María Manzanares, José Miguel Arroyo ‘Joselito’ y Miguel Baez ‘Litri’. De nuevo sigo mis apuntes: “Con el cuarto toro Manzanares tomó control de la tarde. Después de una preparación perfecta de su cuadrilla y bajo la atenta mirada de la gente en los tendidos 5 y 6, su faena comenzó a fluir. Un silencio profundo cayó sobre la plaza. Empezó con derechazos profundos con la mano muy baja. Estos excelentes pases llevaron al toro en un círculo completo de 360 grados. Continuó con hermosos pases naturales cargando la suerte a cámara lenta y más pases redondos. Se estaba llevando a cabo una exquisita faena y la gente que había dudado de la magistral muleta de Manzanares, volvió a estar equivocada. Aunque el toro faltó fuerza, era noble y respondió a todos los pases ofrecidos por la franela roja en la mano del Alicantino. Después de matarlo con una magnífica estocada, la plaza se puso de pie para aclamar al maestro. La más justa oreja fue cortada y entregada a un sonriente matador que lo llevó en una vuelta al ruedo ovacionada.” 

Vi a Manzanares por última vez en la feria valenciana de San Jaime el 23 de julio de 1999, en una corrida de cuatro deslucidos toros de Valdefresno, con dos sobreros de Antonio Ordoñez, mansos y complicados. Era una de las tantas tardes que los toros le impedían hacer su magia, pero su sucesor ya lo esperaba entre bastidores. Cuatro años después, el heredero de la casa de Manzanares fue presentado a los aficionados alicantinos.  

Después de una carrera con tardes llenas de gloria y momentos de pena, el hijo cortó la coleta de su padre en La Maestranza de Sevilla, el día 1 de Mayo 2006. El maestro salió en hombros por la Puerta del Príncipe, bajo ovaciones de la gente en los tendidos. Ahora, 50 años después de su alternativa, recordamos el toreo grande de José María. Su nombre seguirá vivo en las plazas. Suenará en los ruedos. El matador no nos ha dejado, ya forma parte del Panteón de los grandes. Las imágenes de su magia vivirán en nuestras memorias para siempre.

Cronica de .Pieter Hildering

Fotografias de .Agencias